Lo que más me gustó de este documental fue la construcción del personaje de la guitarra, el cual poco a poco fue bajando la guardia y empezó a revelarse más y más como realmente era, siento que trató de seguir esta misma lógica con el señor del campo y con la chica borracha, pero no se logró tan bien, creo que hace un buen retrato también de la pulquería en la que se pasó un alto porcentaje del documental, logrando reflejar muy bien en pantalla el ambiente que se vive ahí, creo que pierde muchas veces el tono que está agarrando al irse al campo y ponerlo a cantar.

Otro aspecto que me gusta es la música en general, que muchas veces ves en cámara de donde está saliendo esa música.

Creo que en algunos momentos en la pulquería la cámara se siente tímida, como si fuera una cámara escondida en una mochila, que eventualmente va saliendo y agarrando confianza, y aunque por momentos se retrae, cuando la cámara agarra confianza la calidad del documental creo que sube mucho.